LA LEY DE LAS 5 GENERACIONES PARA SANAR.
La primera generación inicia la trama con un acto-trauma-tabú que no es reconocido. Los argumentos arquetípicas de la humanidad siempre están relacionadas con las pulsiones básicas y con los 4 primeros chakras: el dinero, el sexo, el poder y el amor. De eso basa cualquier relato. La misión de sus descendientes será conseguir entender y sanar lo que ocurrió.
Lo que suele ocurrir es lo siguiente:
La segunda generación, que en muchos casos es la que «sufre» el acto-trauma-tabú se desconecta de la realidad. Queda hipnotizada en una “versión oficial” pero falsa de sí mismos. El miedo a “la sombra familiar” les atonta. Es el momento de la Inconsciencia. Los niños necesitan criarse en un ambiente de amor y de verdad. En caso contrario, el tercer ojo se cierra y con él nuestra capacidad de percibir el mundo de forma objetiva, de saber distinguir qué es real o que no. En muchos casos, se instala la “omertá familiar” y se invierten los papeles: el malo es el bueno. Pero la consecuencia es que de adulto atraerá como sombra lo que no se quiere reconocer y se instaura una incapacidad de ver cómo son las personas en realidad. Lo que provoca ser fácilmente engañado.
La tercera generación escenifica el secreto familiar a través de los síntomas o de “un escándalo”. En esta generación, ya no hay máscaras ni disimulos. Todo es evidente. Somos títeres representando una información oculta del transgeneracional.
La cuarta generación lo soluciona y sale de los comportamientos polarizados. Consigue alcanzar el equilibrio.
Y la quinta generación por fin vive en paz y ya trae consigo el recurso (la solución al bloqueo) que forma parte de sus vidas de una manera destacable.
Veamos un ejemplo. Braulio es un hombre aparentemente correcto con sus hijos. Pero una noche llega borracho y viola a su primogénita, Dolores de 9 años. El hombre no reconoce lo que acaba de hacer y ambos intentan olvidar. La hija se anestesia para sobrevivir pero el virus ya ha se ha colado dentro de este árbol y les condenará a vidas absurdas, síntomas físicos, disfuncionalidad, perversiones sexuales, etc.
De adulta, Dolores acaba ejerciendo la prostitución y es repudiada por la familia. Esta injusticia inicia el conflicto transgeneracional porque la persona excluida del clan reclama el reconocimiento y en la siguiente generación alguien oficiará de portavoz. Se denomina Yacente. Suelen considerarse las “ovejas negras” familiares aunque son los verdaderos terapeutas del clan.
Ella no tuvo hijos pero una de sus sobrinas, María, se casa con un hombre manifiestamente pervertido (la sombra y el doble de su abuelo Braulio), que acabará abusando de sus hijos de forma evidente.
En la cuarta generación, los biznietos de Braulio manifiestan un abanico de opciones sexuales. De este modo, se abre una variedad de opciones para que así uno de ellos pueda sobrevivir y redima al linaje. De los tres hermanos, uno es homosexual (“Así no tengo hijos para no abusar de ellos.”); la segunda es una reprimida sexual y apenas tiene relaciones; y la tercera, después de experimentar una vida sexual extrema (sadomasoquismo, orgías, lesbianismo, etc.), cambió radicalmente y actualmente lleva una vida totalmente plena. Tuvo hijos con vidas equilibradas y una de ellas es una sexóloga de reconocido prestigio. Su profesión es el mejor modo de reconocer que al final “Todo sirve. Nada es un error.”
Al final, supone un gran ahorro de energía y de sufrimiento sacar los secretos a la luz. A la vez que menos karma que pagar para las próximas vidas. Es una cuestión práctica.
Muy interesante, gracias