Nacemos envueltos en una telaraña transgeneracional y tu objetivo consiste en convertirla en una red luminosa. Esta transmutación sólo se puede conseguir a través de una comunicación espontánea y auténtica, donde cada uno exprese su verdad. Este formato crea una conectividad tejida de amor real y de conciencia.
Sin embargo, hasta que despertamos, nos movemos en “el mundo de las apariencias” y establecemos relaciones basadas en la necesidad, el karma y la dependencia, modelos similares a las que conocimos en nuestra infancia.
La Terapia Transgeneracional da respuesta a situaciones absurdas, a escenarios repetitivos, a decisiones tomadas aparentemente de manera ilógica, a comportamientos excesivos, etc. En realidad, todo ello hace referencia a conclusiones a las que llegó algún integrante de tu clan con afán de sobrevivir y que, sin embargo, ahora no tienen utilidad.
Ejemplos:
“si obedezco órdenes, muero.” Una mujer a la que le irrita obedecer órdenes y toma conciencia de que su abuela fue obligada a abortar por su padre y eso le causó la muerte.
“si trabajo, muero.” Un hombre que no es capaz de tener un trabajo estable y descubre que dos familiares habían muertos en accidentes laborales.
“si me alejo de mi familia, les condeno al sufrimiento.” Un hombre que tenía dificultades para coger aviones internacionales. Siempre los perdía o sufrían cancelaciones. Descubre que su abuelo, después de la Guerra Civil, se ve obligado a huir dejando atrás a su familia. Nunca pudo regresar. Su mujer se volvió a casar con un hombre que descargaba su ira contra ella y lo soportaba por miedo a que se enfocara en sus hijos.
“si tomo decisiones, causo sufrimiento.” Una mujer que era incapaz de tomar decisiones porque se sentía insegura. Se da cuenta de que su abuelo había tomado decisiones importantes en dos guerras en las que murió gente civil.
La información se traspasa de generación en generación y se produce un desfase espacio – temporal. De modo que lo que hubiese sido necesario en el pasado, en el presente es inadaptativo. La que hubiera sido una solución de urgencia queda en el limbo a la espera de que un descendiente la aplique.
Para disolver el estrés emocional que vivieron los miembros de nuestro linaje, se requiere que se descongelen de ese momento y recuperen la luz. Si ellos lo integran dentro de su propia vida, no condenarán a ningún descendiente a revivirlo.
Realizar el árbol genealógico nos ayuda a encontrar piezas de nuestro puzle que es la vida, a desvelar información estresante y a entender qué conclusiones adaptivas asumió el clan. La finalidad primordial y específica de esta terapia es buscar respuestas gracias a la comprensión de nuestro linaje. Ser capaz de conectar con su escenario real (lo que deseó, lo que calló, lo que le hubiera gustado hacer, de lo que se arrepintió, etc). Desvelar secretos nos libera de cargas intangibles y reparar dolores emocionales pasados aparentemente no resueltos nos evita heredarlos.
A veces no nos paramos a pensar que si nuestros familiares nos han legado cosas físicas (casas, dinero, su ADN, etc.), tiene lógica concluir que también asumiremos sus traumas y sus conflictos.
La fuerza del Transgeneracional no reside tanto en identificar lo obvio, sino en revelar las tramas invisibles, en nombrar lo inconcebible, en expresar lo escondido, en romper el tabú familiar.
Cuando nos negamos a no ver lo que existe de manera no velada, estamos condenados a ser fácilmente engañados. Criarnos en un ambiente donde un no dicho o, en el peor de los casos, una mentira, era aceptada por muchas personas, no facilita que percibamos el mundo con nitidez. Reestablecer una mente inocente y curiosa te reconecta con una realidad clara. La posibilidad de acceder a una nueva información nos abrirá la puerta a un reseteo de nuestro presente y nos posibilitará transitar del caos a la coherencia.
La conciencia crea la realidad. Tu forma de pensar determinará tu modo de vivir. Así, si disponemos de una base de información falsa e incoherente del pasado, probablemente crearemos una vida ridícula y absurda que tiende a la entropía, a la destrucción, a la enfermedad y, con el tiempo, a la extinción del linaje, a la no procreación.
Al final, la familia es un sistema, un organismo vivo, que actúa con un objetivo primordial o con una pulsión básica: Sobrevivir. Recientemente, a este objetivo esencial se le ha unido una misión transcendental y evolutiva: Aprender a amar.
Diez síntomas que denotan un bloqueo transgeneracional. Quiero saber más.