Carl Edon nació en 1972 y vivía en Inglaterra. Trabajaba como ferroviario y murió brutalmente apuñalado en 1995 por Gary Lorenzo Vinter, quien cumplió condena perpetua. Aquel día Carl había ido a Skinningrove para conducir varios vagones hasta Middlesbrough, el lugar donde vivía. En ese momento, tenía dos hijas.
Lo primero que nos viene a la cabeza es pensar algo así como: «¡Pobre hombre!» (por el fallecido) o «¡Qué desgraciado!» (al referirnos al asesino) o ¡Qué injusta es la vida!. Es el efecto instintivo como humanos que previamente fuimos animales. Pero terminemos de montar el puzzle que una vida aparentemente triste.
Cuando apenas tenía 3 años, Carl empezó a hablar de recuerdos en donde se veía como un aviador nazi. Se acordaba haber perdido la pierna derecha en un accidente aviario y curiosamente él tenía una marca de nacimiento en la parte superior. Contaba que finalmente murió en dicho accidente. Era el año 1942.
Al oír esta historia, en una familia tremendamente cristiana, sus padres quedaron enormemente perturbados. Con el tiempo, ante su incredulidad, el relato se diluyó en el olvido.
Tras su muerte, apenas dos años después, sus palabras volvieron a resonar en la vida de sus progenitores. Por casualidad, en La Gaceta, se comenzó a hablar del descubrimiento de un avión enterrado cerca de la carretera de Tilbury, a pocos metros de donde fue encontrado muerto su hijo. Eran los restos de un bombardero que parecía haber sido dañado por fuego antiaéreo antes de estrellarse. Dentro, encontraron el cuerpo sin vida de un hombre, con la pierna totalmente destrozada. Tras la investigación, se supo que se trataba de Heinrich Richter, de 24 años, quien había bombardeado Skinningrove por orden de Alemania y volaba a Middlesbrough siguiendo la línea del ferrocarril. Cuando apareció la imagen de este hombre, el matrimonio palideció. El parecido con su hijo era increíble, el escenario de la muerte de ambos coincidía y la historia de Heinrich se asemejaba a lo que Carl les contaba desde niño.
Fue como si con su muerte les intentara demostrar su verdad. Finalmente logró que sus padres creyeran su historia y que el mundo entero empezara a plantearse un poco más la idea de la reencarnación. Pero, para ello, Gary Lorenzo tuvo que interpretar un papel desagradable. Quizás sólo pasaba por allí pero tuvo acceso inconsciente a la información del alma de Carl Edon y simplemente canalizó e interpretó el personaje que en ese momento era necesario. Entonces… ¿Se trató de un gesto de amor o de odio? Quien sabe en una realidad donde hasta su profesión hablaba de su vida pasada.
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